domingo, 31 de agosto de 2008


La civilización maya habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur-sureste de México, específicamente en los cinco estados de Campeche, Chiapas (lugar donde se ubica la ciudad principal), Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en los territorios de América Central de los actuales Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años.


Organización social

La sociedad maya estaba integrada por diferentes clases sociales: los nobles, los sacerdotes, el pueblo y los esclavos.
Los nobles, ¡os que tenían “padre y madre”, era el grupo destacado de la sociedad cuyos privilegios se transmitían por herencia. Entre ellos se elegía el jefe de cada clan familiar y los jefes locales. Los españoles los llamaron “caciques”.
Los sacerdotes eran los más destacados por gozar de mayor prestigio. Tenían funciones destacadas en el gobierno y en la cultura como presidir ceremonias religiosas, sacrificios, dominio del calendario, conocimientos de los ciclos de la agricultura. Eran historiadores, astrónomos, matemáticos.
El nombre genérico de sacerdote era akkin. Los adivinos o chilanes eran particularmente estimados por el pueblo, en cambio el nacom o sacrificador estaba mal conceptuado. El pueblo conformaba la mayor parte de la sociedad. Suministraban la mano de obra para los trabajos agrícolas, tejeduría, pesca, caza y edificaciones. Fueron uno de los pueblos más laboriosos de América precolombina.
Los esclavos formaban la última clase social. Eran prisioneros de guerra o delincuentes Se compraban o vendían como mercancía. El infractor de la ley podía obtener su libertad cuando pagaba por su delito. La familia maya era monogámica, o sea, no podían tener más de un esposo o esposa a la vez.



Organización política


Los mayas comprendían políticamente un número de ciudades-estados, gobernada por una ciudad, a la manera de las antigua Grecia (polis ateniense o espartana). Cada estado estaba gobernado por un halach uinic ,“verdadero hombre” cuyo cargo hereditario. Sus funciones eran dirigir la política interior y exterior, percibir impuestos y cumplir con funciones militares y ¡osas. Era asesorado por jefes locales, regionales, sacerdotes y consejeros especiales. El batab era un jefe local encargado de asegurar la marcha correcta de su villa, dirigir a sus soldados y encargarse de los asuntos locales. No percibía impuestos, a pesar de representar al halach uinic. Las funciones menores eran los tupiles, encargados de hacer respetar la ley. El jefe militar era el nacom, elegido por un periodo de tres años






Organización Económica

La base de la economía maya era la agricultura. El trabajo de la tierra se efectuaba con el sistema de roza, que consistía en quemar sectores de campo o bosques, y sin abono alguno, sembraban en agujeros abiertos con un palo puntiagudo. Periódicamente quitaban las malezas, hasta la pérdida de la fertilidad del suelo, por lo que abandonaban el lugar y buscaban otro. Esto incidió en que las ciudades estuvieran muy dispersas. Debido a la necesidad de agua, se ubicaron cerca de lagos o ríos o construyeron “cenotes”, depósitos de aguas subterránea de considerable profundidad. Cultivaban principalmente el maíz, así como tabaco, zapallo, algodón, tomate, cacao, tubérculos, mandioca, copal.



La sociedad.



Alimentación

La base de su alimentación fue el maíz que les sirvió para hacer bebidas usando su pasta cocinaban alimentos como los tamales y tortillas. En cuanto a los tamales, están compuestos por una pasta de maíz que contiene una mezcla de carne, vegetales o ambos. Todo lo anterior se envuelve dentro de hojas de maíz u otra planta. Entre las técnicas gastronómicas para cocinar los alimentos predominó el pibil, que es el horneado bajo tierra.
Otros alimentos importantes fueron los derivados del cacao: de su semilla se obtiene una pasta para elaborar una bebida preparada con agua, pues no había ganado que pudieran dar leche. No acostumbraban beber agua sola, el agua se mezclaba con derivados del maíz, frutas y otros ingredientes.


Aldeas "vivienda"

Existían casas unifamiliares donde vivían los padres y los hijos quienes adoptaban a miembros viejos o jóvenes de la familia o fuera de ella (ejemplo: Tulum). También había edificios multifamiliares habitados por personas de lazos sanguíneos comunes de elevada posición social (ejemplo: los complejos residenciales de Kohunlich). Los materiales de las casas varían de muros y techos de madera y palma a materiales resistentes como piedra y estuco. También la vivienda podía estar formada por tres estructuras principales separadas, (dormitorios, la cocina, la bodega) y podían construir otras estructuras separadas (talleres, baños saunas) (Ejemplo: Joya de Cerén).

Vestimenta

Gran parte de la población estaba dedicada a las jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada a las condiciones necesarias, además la indumentaria dependía del nivel social. La mayoría de la gente vestía sencillamente: las mujeres con el huipil o hipil o una falda y su manto; y los hombres con una especie de calzón llamado patí. Sin embargo, la nobleza utilizaba ricos y complicados atuendos bordados con plumas y gemas, calzaba sandalias de cuero y lucía grandes tocados de plumas, además de collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de nácar y piedras grabadas. Otras prendas comunes entre los nobles fueron las faldas, capas cortas o largas, chaquetas (generalmente de piel de jaguar o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños geométricos. Aparte del tocado, algunos nobles y sacerdotes llevaban enormes orejeras, narigueras, brazaletes y anillos de jade, cuarzo y oro, y se perforaba la barbilla, bajo el labio inferior, para incrustarse un besote.
Entre los accesorios había sombreros, turbantes, penachos, diademas y gorros cónicos. Por lo general el jade es muy utilizado hasta el 900 a. C. (aunque no desaparece) y posteriormente llega la joyería de oro.


La mujer y su posición social


La mujer tuvo posiciones elevadas en la sociedad y algunas fueron gobernantes. Las mujeres eran muy importantes para la economía familiar, pues elaboraban piezas de cerámica, diseñaban piezas en barro o esculpidas o talladas a modo de escultura, y tejían el algodón para confeccionar vestidos. También criaban animales para comer o como mascotas y se encargaban de elaborar comidas y bebidas para las fiestas religiosas. No participaban en ceremonias religiosas donde se efectuaban sacrificios humanos, excepto en ciertas fiestas donde acudían las ancianas.
En el posclásico las mujeres no participaban en el autosacrificio, pero en el clásico sí, al menos las de alto rango.
Para los mayas, el Kamnicté (matrimonio) era constituido por arreglo de los padres y tenía fines económicos o de alianza. Además, entre otras costumbres, el hombre recién casado vivía bajo las órdenes del suegro en un período variable, pero que en ocasiones, podía llegar a ser de cinco años.
La mujer maya fue casi la principal ,en el hogar,en cuanto a los tipos de trabajo que realizaba en su comunidad,no solo el hombre era responsable del hogar como en otras culturas que la mujer el unico trabajo que podia realizar era el de cuidar del hogar y de su familia.


Religión


Dominando la mayoría de los aspectos de la vida de los mayas, se encontraba la religión, siempre presente. Eran politeístas. Sus principales dioses se vinculaban con la agricultura y al tiempo, como el dios de la lluvia, el maíz, etcétera. Poseían un ritual complejo: oraciones, ayunos, sacrificios humanos. Concebían al hombre como dependiente de los dioses que dominaban al mundo. El creador del mundo era Hunab y se creía que su hijo ltzamná, señor de los cielos, de la noche y del día, había otorgado a los mayas la escritura, los códices y quizás el calendario. Se lo invocaba en las ceremonias propiciatorias del nuevo año, para evitar desastres.

Ritos:
Las pirámides son sus templos y los fieles asistían a las ceremonias al aire libre, abajo y al frente, de la pirámide-templo. Solicitaban de sus dioses los dones de la vida, la salud y el sustento, a cambio de los cuales realizaban una serie de ofrendas y de ceremonias purificadoras inmersas en un complejo ritual. Practicaban los flechamientos y arrojaban a los niños, doncellas y piezas de oro al Cenote Sagrado de Chichén Itzá, como ofrenda al dios Chac. El autosacrificio tenía muchas variantes, como por ejemplo cuando ellos se sacaban sangre de diversas partes del cuerpo con punzones de hueso o espinas de maguey y ofreciéndolas en tiras de papel.




Cultura

Arte con plumas

Fue una manifestación artística muy apreciada en la cual utilizaban, sobre todo, las plumas de quetzal, para la elaboración de penachos y otros adornos.

Cerámica

Fue rica y variada desde vasos y platos hasta objetos para culto. En su mayoría los objetos eran pintados con motivos geometrico aunque también representaban animales y figuras geometricas.
La cerámica tiene paredes muy delgadas, formas simétricas, tintes de base caliza con paredes pulimentadas, muchos colores y excelente terminado de acuarela. Las piezas se cocían a temperaturas de hasta 800 grados en hornos abiertos. Las decoraciones incluyen textos escritos en maya con escenas de nobles, episodios militares, imágenes de gobernantes, de seres sobrenaturales, etc. Esto nos hace pensar que fueran hechas por artesanos nobles y firmadas por ellos para poder afianzar alianzas y como ajuar funerario.


Escultura

Para los diferentes trabajos en escultura, bajorrelieves, alto relieves y estelas utilizaron madera, estuco y piedra calcárea, ocasionalmente recubierta de estuco (pasta hecha de polvo de piedra calcárea, conchas y aglutinantes vegetales) pintado
de diversos colores.


Sistema de Escritura

El sistema de escritura maya (a menudo llamada jeroglífica por un vago parecido superficial con la escritura del Antiguo Egipto, con la que no se relaciona) era una combinación de símbolos fonéticos e ideogramas, en realidad la estructura pictográfica es más parecida al chino, donde los ideogramas pueden anidarse para formar conceptos más complejos, a la vez que funcionar sólo como representaciones fonéticas. El desciframiento de la escritura maya ha sido un largo y laborioso proceso. Algunas partes de ésta fueron descifradas a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX (en su mayoría partes relacionadas con números, el calendario, y astronomía), pero los mayores avances se hicieron en las décadas de 1960 y 1970, y se aceleraron de allí en adelante, de manera que ahora la mayoría de textos mayas pueden ser leídos casi completamente en sus idiomas originales. Desafortunadamente los sacerdotes españoles, celosos, ordenaron la quema de todos los libros mayas poco después de la conquista. El hecho fue un gran golpe a la conservación del conocimiento de la antigua escritura maya. Aunque muchas inscripciones en piedra aún sobreviven (la mayoría de ciudades que ya estaban abandonadas cuando llegaron los españoles), sólo tres libros y algunas páginas de un cuarto sobreviven de las antiguas bibliotecas. Terrones rectangulares de yeso son un descubrimiento frecuente en la arqueología maya; parecen ser restos de lo que una vez fueron libros, después de que todo el material orgánico se pudrió.


Literatura

Hay pocos ejemplos de la literatura maya, pues muchos códices mayas (libros) fueron destruidos por el tiempo, la humedad o los misioneros españoles y sólo se salvaron cuatro: El Códice de Dresde; el Códice Tro-Cortesiano, el Códice Peresiano y el Códice Grolier que se encuentran respectivamente en Dresde, Alemania; Madrid, España; París, Francia; y Ciudad de México, México. Los Libros de Chilam Balam, El Popol Vuh y Los Anales de los Cakchiqueles fueron escritos respectivamente en maya yucateco, quiché y cakchiquel utilizando el alfabeto latino traído por los españoles. Así, la “pureza” de estos libros está bajo sospecha pues los españoles pudieron haber influido de forma directa o indirecta, pero de cualquier forma, son libros mayas, es decir de los mayas que vivieron en tiempos de la colonia española. En el caso del Popol Vuh, el descubrimiento de un bajorrelieve de 1.500 años de antigüedad en la Acrópolis, (una pirámide de cerca de 75 m de altura) en Toniná, Chiapas, podría confirmar la autenticidad del Popol Vuh. La decoración muestra 4 dignatarios mayas, representando los señores del mundo subterráneo y a la guerra, la agricultura, el comercio y el respeto a la divinidad. Juan Yadeun, director de las excavaciones en Toniná, sostiene que, en el Popol Vuh y en otros antiguos textos, se encuentran muy a menudo descripciones de los cuatro dignatarios, llamados a representar la estructura y la iconografía misma del poder en el mundo maya clásico.


Música

La música maya se basaba en dos tipos de instrumentos: de viento (silbatos, flautas y caracoles) y de percusión (xilófono [tanto de piedra como de madera], caparazones de tortugas y bastones de madera). Los bastones de madera son huecos y tienen estrechos pasajes interiores que hacen sonar las semillas en su interior. No se conoció la música producida por instrumentos de cuerda (por ejemplo las guitarras). No conocemos muchos de los instrumentos hechos en madera que desaparecieron al paso del tiempo y la humedad.


Pintura


Practicaron la técnica al fresco y a veces plasmaron la perspectiva (como se observa en las pinturas de Bonampak, Chiapas, en las escenas de prisioneros de guerra martirizados), pues la mayor parte de las veces pintaron personajes de lado. Los personajes pequeños son representaciones de personas alejadas, de menor rango social o esclavos. Había varias capas de estuco con murales que no necesariamente repiten la decoración. También aparecen manos en positivo o negativo sobre los muros de los edificios de desconocido significado. Los tonos preferidos son los rojos y los azules.

Matemáticas


Al igual que otras civilizaciones mesoamericanas, los mayas utilizaban un sistema de numeración de base veinte (vigesimal) y de base cinco. También los mayas preclásicos (o sus predecesores olmecas) desarrollaron independientemente el concepto de cero alrededor del año 36 a. C. (Este es el primer uso documentado de un cero como lo conocemos hoy en día, aunque los babilonios mucho antes habían desarrollado un parámetro de sustitución que sólo se utilizaba entre otros dígitos), vale decir que parecen haber estado usando el concepto de cero siglos antes que en el viejo mundo, y las inscripciones los muestran en ocasiones trabajando con sumas de hasta cientos de millones y fechas tan extensas que tomaba varias líneas el poder representarlas. Produjeron observaciones astronómicas extremadamente precisas, sus diagramas de los movimientos de la Luna y los planetas son iguales o superiores a los de cualquier otra civilización trabajando a simple vista.
Así mismo, como otras civilizaciones mesoamericanas, los mayas descubrieron una medida exacta de la duración del año solar, mucho más exacta que la usada en Europa con el calendario gregoriano. Sin embargo, no usaron este modelo de duración en su calendario. En cambio, el calendario maya se basó en un año de duración exacta de 365 días, lo cual significa que el calendario tiene un error de un día cada cuatro años. En comparación, el calendario juliano usado en Europa desde tiempos de los romanos, hasta el siglo XVI, acumuló un error de un día cada 128 años. El calendario gregoriano moderno acumula un error de un día cada 3257 años, aproximadamente.



Decadencia de la cultura maya

La caída de Teotihuacan, ocurrida en la segunda mitad del siglo VIII, permitió el florecimiento de los grandes núcleos de población que los pueblos mayas habían construido en las Tierras Altas. De esta suerte, Tikal, Toniná, Yaxchilán y muchas otras ciudades vivieron su época de mayor apogeo entre los siglos IX y X. Por mucho tiempo se insistió en que la razón del declive de los principales centros urbanos mayas era un misterio. Sin embargo, la intensa investigación arqueológica en la región que ocuparon estos Estados del período Clásico de Mesoamérica ha puesto de manifiesto algunas de las razones por las cuales los mayas se vieron precisados a abandonar las ciudades a la selva.
En primer lugar, se trataba de pequeños Estados que se hallaban en guerra permanente unos con otros. Las estelas de Toniná indican que la élite gobernante de esa ciudad emprendió una agresiva campaña militar que la llevó a ocupar sitios tan importantes como Palenque, Piedras Negras y Bonampak. No es extraño que otros Estados de la región pudieran haber emprendido campañas similares, que habrían dejado arruinadas a varias ciudades. Por otra parte, en esta época tuvo lugar un desajuste climático como consecuencia del fenómeno de El Niño. El clima debió tener graves consecuencias para la agricultura en el Área Maya, como lo tuvo también en las tierras altas del Centro de México. Puesto que culturalmente estas catástrofes eran atribuidas a la inefectividad de la clase sacerdotal, la gente del pueblo debió lanzarse contra ellos, culpándolos de la escasez de alimentos y otros bienes necesarios para la vida. Uno de los síntomas de la decadencia maya en el período Clásico es la ausencia de monumentos conmemorativos (las llamadas estelas) posteriores al año 889 d. C., celebrada sólo en algunos sitios de la región. Durante los siguientes siglos, no volvería a emplearse la Cuenta Larga en las inscripciones calendáricas mesoamericanas, lo que pone de relieve la conclusión de una tradición cultural.
Además de la Cuenta Larga (ese sistema de cuenta del tiempo que tanto ha sorprendido por su exactitud y abstracción), lo único que abandonaron los mayas del período clásico fueron las grandes ciudades. Nunca existió una migración masiva hacia Yucatán, aunque algunos grupos lo hubieran hecho. La mayor parte de la población se quedó en la zona, y durante el período posclásico contribuyeron a un nuevo período de apogeo, aunque no de la misma magnitud. El más importante de los Estados de las Tierras Altas en el período Posclásico fue el quiché, en Guatemala.
Tanto los mayas de Yucatán como los de las Tierras Altas y la Costa del Pacífico recibieron la influencia de los pueblos migrantes provenientes del altiplano y el área oaxaqueña. Estos grupos fueron empujados a su vez por los antiguos pueblos que abandonaron la zona meridional de la altiplanicie Mexicana cuando el desastre ecológico hizo imposible la agricultura allí. En el sur, establecieron Estados independientes, con características culturales de ascendencia nahua. Entre estos grupos estaban los pipiles, que se establecieron en la costa de Guatemala y El Salvador. En la península de Yucatán, los pueblos nahuatlizados (fuera porque eran realmente nahuas o habían adoptado muchas de sus características, como los chontales) contribuyeron a un nuevo florecimiento de los pueblos mayas.
Sin embargo, las rivalidades entre las élites de la región, apenas suavizadas por la presencia efímera de la Liga de Mayapán, terminaron por arruinar las grandes ciudades de Chichén Itzá, Uxmal y muchas otras, que fueron abandonadas por sus gobernantes. Cuando los españoles llegaron a Yucatán, encontraron la región dividida en pequeños Estados hostiles entre sí, razón por la que no fue difícil someterlos. Algunos grupos se refugiaron en el Petén, donde crearon un pequeño reino independiente con capital en Tayasal. La conquista de este reino independiente no se concretó hasta 1697.
Las ruinas de las grandes ciudades antiguas estaban muy aisladas del mundo exterior y eran poco conocidas excepto por la gente nativa. En 1839, el viajero americano John Lloyd Stephens, escuchando comentarios sobre ruinas perdidas en la selva, visitó Copán, Palenque, y otras ciudades con el arquitecto y dibujante Frederick Catherwood. Sus diarios ilustrados sobre las ruinas encendieron un fuerte interés en la región y sus habitantes (también en Estados Unidos y en Europa).
Como se señaló en la introducción, los pueblos mayas no desaparecieron, a pesar de los intentos de las nuevas repúblicas independientes contra ellos. México luchó contra los mayas en la Guerra de Castas para eliminar la insurrección maya en Yucatán que llevó al exterminio, deportación y esclavitud de miles de indígenas, y el conflicto civil de Guatemala (1966-1982) llevó a la muerte de más de 200.000 personas, en su mayoría indígenas de filiación maya. Los mayas supervivientes aún habitan en el sureste de México, Belice, Honduras, El Salvador y Guatemala (en este último país, son el mayor componente étnico de la población).

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